lunes, 18 de febrero de 2008

Multiversos

¿Cómo nombrarte sin utilizar el verbo mujer? ¿Cómo, sin hacerte imposible? Abro una puerta a través de mí mismo: Estás de pie y tus líneas abstractas enfrente de mis versos, siendo imagen de tantas palabras que no sé conjugarte; te miro con la lentitud de un siglo y la absorbencia de una esponja: riego tu palabra, mujer, mientras yo me quito la mía, hombre, dejo que fluyas como los ríos a través de mis tierras, ya yo lo haré con las tuyas, o que aletees en medio de los mares, mientras que seré yo la barca que te recorrerá desde la penumbra hasta el secreto. Entras...
¿Cómo retratarte afuera si estás adentro de mí? No podría mirarte fuera del adjetivo que es el hombre, mas puedo decirte que te reúnas conmigo en la desnudez de los seres que encuentran entre sus cálidas diferencias caminos gratos que nos acercarán, sin las nacionalidades ficticias creadas por las distancias de nuestros nombres nunca propios, sin las luchas encarnizadas que han bosquejado en los rincones de nuestras imaginaciones, sin binariedades, sin tener que conjugarte mujer y yo calificarme hombre; seremos simples como palabras de locura:

Tú mujer mu jer mi jer mu ser mi ser ...

Hacer las descomposiciones de tus verbos en infinitivos flexibles abriéndose como pétalos donde pintar conjugaciones de todos los adjetivos con los que cargo entre esta inexacta materia sustantivada ommmbre funcionando como cántico que destroza las gargantas alucina las leyes sustenta de tabaco y fuerza alada los actos de puños y juegos de ajedrez de la lógica o simplemente estado brahmánico de inmovilidad extática y activa donde nómada mi ser se podría desborda en torrentes de agua salada dulce amarga ácida o arcoirisada combinándose con tus fuentes de nubes tierra océano también arcoirisadas sin yos ni tús sólo las fuerzas saltando por sobre los muros de miedo prohibiciones etiquetas silencios actos esbozados por las palabras semánticas tramposas retóricas como estructuras fieras de cáncer y gestos de juez señalando al culpable con cenizas trazadas sobre los rostros la carne sobre nuestras diferencias nacidas desde las noches de los días más perdidos que cuando son recordados nos hacen entrar en un ímpetu como el de las fuentes y los ríos en movimientos de remolinos de tormenta de electricidad en que nos diluimos como electrones de la existencia en movimientos azarosos de las miradas y los miembros no atados en simples torrentes sanguíneos de fuerzas que convergen durante la noche que nos abre imperceptibles y ni mujer ni hombre ni uno ni otro y conectamos cada partícula cada cabello sensación respiro y milésima de piel en pulsaciones descabelladas más allá del tacto de los territorios geográficos que nos habían hecho nacer en nuestra carne como dos estados en guerra perpetua desde la invención de sus formas con ansias eternas de ser imperios para avasallar otras geografías fuera del ámbito de la mirada maquiavélica de los territorios vaciados y tan necesitados de esas otras fuerzas robadas que se nos escaparán siempre por entre las conjunciones sin voces pasadas sin líricas encadenadas cuando podríamos también lograr ser más que nosotros mismos pues somos mundos de seres sin dueños propiedades ni nombres con puentes ofrecidos en las manos de ungüento futuros en las bocas de profecía pactos entre las líneas de nuestras lenguas plateadas caminos de cuerda floja en los pies noche en los cabellos soles en las pupilas este deambular caligráfico entre los versos y este temblor oceánico en todo el cuerpo que ya no está construido sino en un hacerse continuo por las fuerzas telúricas de las imágenes en movimiento de pasiones sin verbos ni adjetivos que ya no eres tú ni soy yo sino todo el universo entero en cada gota que nos compone en cada canto que nos declama en cada recuerdo que nos sueña en cada amanecer que nos despierta

Y es así como te pinto y te amo, universo...

2 comentarios:

CAP dijo...

yala

rolando dijo...

Yo sé. Pero no se acordaba del todo, jetón. jajaja.