domingo, 27 de abril de 2008

La vida pasa y nos damos cuenta, muy tarde, que nada era.

lunes, 21 de abril de 2008

Los niños del laberinto.

Èrase en este momento, unos niños monstruosos, que ya no conocìan ninguna ley. Niños que nunca encontraban salidas a los laberintos en los que sus adultos amos les tenìan presos. De esta forma ya no salìan de las paredes que les rodeaban su pequeña existencia: del cuarto de videojuegos pasaban a la sala, de allì al automòvil y siempre llegando a algùn otro cuadriculado lugar: escuela, otra casa, centro comercial...
Laberintos en donde las paredes èrasen las decisiones del capital, travestidas de padres y madres, de programas de televisiòn, de tanta miseria, de tanta mierda, y los niños ya no conocen ninguna ley. Estàn perdidos y nosotros tambièn, en nuestros propios laberintos.
Que sublime experiencia decir: estoy sòlo de paso.

martes, 15 de abril de 2008

Tomar una idea, derramarla en las derivas de cada día, darle vueltas hasta el mareo. Poblar con la mirada todo cuanto resta: nada queda entre estas líneas que no sea más cierto que la vida, ni nada hay en la duración que no pueda resumirse en unos cuantos signos, así de leve es esta existencia que sin embargo pesa como el fardo de una eternidad en que deambulamos perdiéndonos, extorsionados por el tiempo con que somos medidos, soñando entre sonidos que no comprendemos, con sentimientos que no manejamos, entre manjares al otro lado de las ventanas, promesas que no supimos ubicar entre los planes, desencantos con los que flirteamos y que nos producen esa sensación de tibieza en el estómago, una lágrima que dejamos caer en algún lado, como ese manchón de tinta que derramamos y llamamos nuestro, llamamos poema; quisimos mensaje, clave, secreto y nos quedó silencio.
Nos sumergimos más en los textos, para encontrar la sensación que conquistamos en esas primeras palabras que pudimos descifrar cuando éramos niños, un mundo se abría y era un agujero, era una caída por símbolos extraños, conceptos sin sentido, ambiciones de conquista, melancolías atragantadas en lo más hondo del suspiro, melodías que no rimaban, letras que se habían quebrado.
Nos levantamos un día, imprimimos sobre el desfallecimiento un tono, un impulso en el que sumamos las fuerzas que no se habían aún agotado, cerramos los libros y secamos la tinta que aún sangraba para no tener que desbordarnos entre los vacíos de las hojas en que consumíamos nuestras horas. No por ello logramos los misterios, no por ello alcanzamos las cimas, no por ello fuimos felices, sí, pasamos gratas compañías, sonreímos al darle la espalda a la muerte y todas las sombras que nos pueblan, escapamos un tono del ruido que no dejaba dormirnos tranquilos, nos levantamos con esa ilusión de tener el mundo bajo la almohada, éramos más ligeros y los segundos, perfectos, bellos.
Se rompieron las imágenes una y otra vez, una y otra vez, ciclos errantes que repetían la agonía de las imposibilidades, rotas las distancias, en silencio perpetuo las emociones, era polvo cualquier recuerdo y fueron ellos las semillas que sembramos en nuestros sedientos pechos, empezaron a crecernos desiertos. A la antigua fuga se unieron las pesadillas que despiertos cosechamos, textos cada vez más amargos y más filosos cortaron nuestras amarras con lo que bordeaba nuestra carne, nos hicimos de espera, logramos refugiarnos en lo interno, recorrimos los bosques perdidos de las imaginaciones, y no logramos recuperar nada, tampoco pudimos despedirnos de cuanto ya no teníamos a nuestro lado, pero ni siquiera la tristeza llegó esta vez a visitarnos, ya no sudamos el antiguo suicidio, no latió el corazón sus sollozos ni sus penas, no fuimos convocados por las noches ni las botellas. Estábamos en un viejo margen, al igual que nuestras nuevas ideas, sólo al margen, pues el cuerpo lo perdimos en las apuestas que le hicimos a la muerte, la cordura escapó cuando negamos ver de frente a la noche, cuando nos soltamos de los espejos e hicimos el golpe contra las palabras y las ilusiones, pues toda la razón no es más que ficciones, y nosotros ya sin capacidad de credo. La única tristeza que logramos fue la que hubiéramos querido, ahora querer estaba tan despoblado y nosotros ya habíamos partido. Sólo líneas descompuestas en los márgenes. Sentados en la esquina donde consumimos dosis de olvido, de otros sueños y posibilidades que aún no se nos hubieran ocurrido.
Si amanecer fue duro, continuar era indecible, un sentido imposible, actos mecánicos en que dejamos fluir la permanencia, atados a los pasos que no sabían las direcciones y con la inexorable conciencia de haber dejado de lado las pasiones. En el ocaso del mundo traicionamos las esperanzas, volteamos las promesas y nos sentimos un poco más cercanos de los cementerios para aguantar mejor las circunstancias en las que nos hemos perdido.
¿Buscamos todavía?



lunes, 14 de abril de 2008

Visiòn

La ùnica esperanza que nos queda en este momento es la "muerte utòpica" de un mundo y la incertidumbre de lo que pueda suceder...

miércoles, 9 de abril de 2008

La nada que soy proclama absolutamente ser su propia risa.

domingo, 6 de abril de 2008

Quiero la vida en sì misma. No las metàforas para cubrirla.

De còmo lleguè a percatarme que Marìa es mi novia:

La marihuana fue prohibida en la dècada de los setenta por la OMS (vulgares siglas que aguantan cualquier nombre), bajo el siguiente argumento: "...son prohibidas pues generan dependencia psicològica." (lo anterior fue afirmado pues habìa un debate en torno a estatuto legal de dicha planta. Se habìa logrado encontrar que la susodicha sustancia no generaba dependencia fìsica, lo cuàl implicaba que no podìa generar adicciòn. Y bajo el reglamento de la OMS, hasta la citada dècada, uno de los criterios para tipificar como droga a alguna sustancia era que generara adicciòn, razòn por la cuàl "se sacaron de la manga" el susodicho argumento.) Ahora bien, meditaba... si otras situaciones humanas, otras actividades sociales, otras sustancias y productos de consumo generan dependencia psicològica, bajo el argumento de la OMS: ¿deberian ser prohibidas? Por ejemplo, deberìa prohibirse el hecho de tener una pareja despuès de que pasa la etapa del enamoramiento (relativamente no mayor a un año), pues eso es lo que se conoce como momentos en donde los sujetos experimentan una dependencia psicològica hacia el otro. O deberìa prohibirse la televisiòn, los video juegos, el dinero (pues como lo constatamos hay MUCHAS personas en el mundo que tienen una seria adicciòn a èl, hasta el punto de todo esto era que me di cuenta de lo siguiente: si la mariguana, al igual que una novia genera dependencia psicològica y experiencias de gratificaciòn emocional, ¿no serà acaso una buena pareja de vida?
Meditaciones barròcas, auspicidas por las musas...
(en)rolando