domingo, 6 de abril de 2008

Quiero la vida en sì misma. No las metàforas para cubrirla.

7 comentarios:

El Pobre dijo...

quiero la realidad, no las palabras.
te extrañaba tellini!!!
bienvenido

Silvia Piranesi dijo...

osea, viva la vida y déjese de varas. jeje

roberto echeverría dijo...

pingo, aquí tenés tu barra, al pie del cañón.
me queda la duda de si la vida son metáforas, y nada más.

rolando dijo...

El preguntarse si la vida es algo es ya una metàfora.

El Pobre dijo...

Rolando y Roberto, ahí tienen su polémica ¿Qué esperan?

Anónimo dijo...

Muy bien. En la polémica ficcional que se imagina Electra entre Tellini y Echeverría, estaría yo más del lado del segundo. Demos la discusión por principiada, aunque discutamos sólo lateralmente (en la suposición de que la polémica se ha dado ya en ese cruce escueto de sentencias entre los disputantes).

No creo que la vida se muestre a sí misma, si con ello pensamos que se anuncia desnuda. Pero no porque le hiciese falta una coloración categorial o el ser declarada por las palabras y, así, se vea en la necesidad de la metaforización, es decir, del constante traslado significativo (¿realmente la metáfora cubre la vida, como dice Tellini? ¿Significa esto, a su vez, un ocultamiento del sí-mismo de la vida?).

Habría que discutir, en primera instancia, la pretendida no pertenencia de las palabras con las cosas. Podríamos concederle a Tellini una sospecha contra un desarrollo arbitrario de cierto tipo de lenguaje, de cierta especie de referir esa vida solapada, la teorética, que se vuelve reflexionando sobre su estructura e instaura en consecuencia la gramática como baremo de todo lo decible. Pero el caso es que no todo lenguaje es teorético (el habla no lo es, por ejemplo) y sobre todo la vida es significativa por sí misma.

La vida es metáfora porque tiene cierta verticalidad, cierta fluidez profunda de lo que muestran los signos. ¿No anuncia el nubarrón otra cosa que no sí mismo? ¿No nos sugieren los árboles del parque cuando caminamos en la tarde una extrañeza de esa tarde, como una eternidad del viento?

rolando dijo...

Bueno, como siempre nuestro barroco y ampuloso amigo Jethro quiere discusiones donde no necesariamente se dan por sì mismas, sino que ocupan del estìmulo de algùn aficionado a ellas. Pues bien, lo ùnico que se me escapò, en un momento de "lucidez" inspirada o artificialmente lograda (ya sabemos a què me refiero) es que quisiera verse expandido ese momento de observar, de estar simplemente viviendo en ese devenir del mundo, sin ninguna idea preconcebida, sin categorìas, sin modas, ni necesidades ficticias, sin las estupideces del capitalismo y sus filosofìas de la miseria y de la falta... Quiero ese momento en todo momento: idea irracional, capricho romàntico o como quieran nombrarle, pero no quiero "pensar" ese momento, sòlo vivirlo y quien diga que no puede le recomiendo una visita donde su psicòlogo màs cercano pues ello es indicio de una patologìa obsesiva relacionada con el pensamiento... jaja, y he ahì la lajada, si aùn alguien la estaba esperando. Vean la frase como una frase nacida del desasosiego y la desesperaciòn ante este mundo, que parece tener la ùltima palabra siempre... Nada màs, sin polèmicas, ni raciocinios, un deseo de eternidad y de vida...